EL NIÑO DESMEMORIADO (Leon Tóstoi)
Una familia campesina tenía un hijo que había sido enviado a estudiar a la ciudad.
Pasó el año escolar y llegó el período de vacaciones. El estudiante regresó al hogar en medio de la alegría de toda su familia. Como venía muy orgulloso de su vida en la capital, su padre le dijo:
- Hoy empezaremos a segar, así que busca un rastrillo y ven a ayudarme.
El niño que no quería trabajar, le contestó:
- ¿Qué es un rastrillo?
- ¿Te estás riendo de mí?
- No papá. Sencillamente me he olvidado. Tú sabes que en la ciudad no se usan esas herramientas.
El campesino no le respondió, pero se fue muy disgustado.
El niño, al verse libre del trabajo, empezó a correr por el patio. No corrió mucho, porque se tropezó y pisó los dientes de un rastrillo cuyo mango se levantó y le dio un golpe en la frente.
Al sentir el dolor del golpe, gritó con ira:
- ¿Quién dejó aquí este rastrillo?
Su padre que en aquel momento pasaba cerca le dijo:
- ¿De modo que empiezas a recobrar la memoria? Te felicito y me alegro. Ahora que has recordado lo que es un rastrillo, tómalo y ven conmigo a las siembras, allí te enseñaré para qué sirve.
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