…La letra hache. Sí, lo he pensado mucho y creo que me voy a decidir por la hache. Pensaba en la ge y la jota, o quizá la elle y la i griega (o como se llame ahora), o la be y la uve. Pero no, estoy convencida de que ser la hache mola mucho más. ¿Por qué? Pues porque las demás van así, como en pareja, como necesitando apoyo, siempre dependiendo de otros, y sólo fastidian cuando te las confundes, como si fueran las gemelas de una mala comedia de enredos. Pero la hache da por saco por sí misma. Porque ella lo vale. Toca las narices si aparece cuando no debe, y las toca mucho más si no está donde debería estar. Me siento mucho más identificada con ella, qué queréis que os diga. Así que quiero ser la hache. Definitivamente.
Y, como soy así, no me va a importar que me desprecien, me ninguneen y no me dejen en mi sitio. Porque los que quedan mal son los que me maltratan, no yo. Esa pose de mártir resignado que tiene mi letra favorita no me va mucho, pero la acepto. Porque se lo merece. Porque es tan mona…
Sí, lo sé, estoy desvariando. Pues ni que os fuerais a espantar a estas alturas por eso y, en realidad, tampoco es tanto desvarío. Sólo enfoco de forma distinta un tema que ya he tratado, y que mucho me temo que volveré a tratar un millón de veces más: ¡¡odio las malditas faltas de ortografía!! Las odio. Con toda mi alma, en serio. Las aborrezco. Las detesto cuando son faltas “pasables” —suponiendo que eso exista—, cuando no son nada más grave que una de esas puñeteras tildes de los monosílabos que ni la RAE me aclara si las pone, las deja, o las invita a una copa con intenciones aviesas. Pero, es lógico, las detesto muchísimo más cuando son de la clase que hace sangrar los ojos, que te da ganas de meterte una cucharilla afilada en las cuencas y terminar para siempre con esa tortura.
Odio más cosas, claro. La verdad es que para ser una persona que se enfada más bien poco —ah, que os he parecido enfadada alguna vez. Qué poco me conocéis, cachorritos—, hay un montón de detalles capaces de sacarme de mis casillas. Como la absoluta incapacidad de algunos de colocar los signos de puntuación en el lugar correcto, por ejemplo. A ver, las comas son nuestras amigas: si las pones donde no debes, te arriesgas a que la frase quiera decir otra cosa. Ah, que no te importa. Vale, tú mismo. No soy yo la que va a hacer el ridículo… Sí, he dicho “el ridículo”. Sé lo que dije. Primero, porque lo escribí yo, y lo tengo ahí, a pocas letras de distancia. Y segundo, porque dije exactamente lo que quería decir, como hago siempre. Ya, ya, ya: soy una exagerada. Nadie hace el ridículo por una docena de comas fuera de lugar, por unas cuantas tildes voladas, por cuatro dedazos o por tres faltas de ortografía. Pues bueno, pues vale, pues no lo hará. Pero yo me sentiría fatal presentando un texto con esos horrores… A lo mejor es que yo tengo más amor propio que algunos, quién sabe. A lo mejor es que soy una maniática, puede ser. Pero sigo insistiendo que, para escribir, hay que saber escribir. Sin excusas. Sin atajos.
Y si ya me sientan mal los errores sintácticos, gramaticales y ortográficos en gente “normal” —suponiendo, una vez más, que eso exista—, cuando se trata de escritores o “aspirantes a”[i], pues la cosa me parece peor. Mil veces peor. No creo que sea razonable presentar un texto a una editorial —o a un sufrido colega— cuajado de faltas, bajo la asunción de que “ellos ya tienen correctores”. Sí, ya lo sé. Todo esto ya lo he dicho antes. ¿Y qué? Como poca gente parece estar de acuerdo, pues yo sigo insistiendo. A lo mejor, a la larga, convenzo a alguien.
Y supongo que ahora es cuando saltará el grupo de Defensores De La Libertad Intelectual Creativa Y Lo Que Se Tercie acusándome de ser una talibana y de no tener razón. Y a mí, y lo digo desde el más profundo respeto a las opiniones de los demás, me importará tres pijos. Ah, que no ha sonado muy respetuoso. Bueno, es igual, qué más da. Si total, la fama ya la he criado y siempre me ha encantado dormir…
Porque cuando veo que en un libro publicado aparecen cosas como «—¿A, sí? Haber, cuéntame», pues ya como que dejo de lado todo recato y me lanzo al cuello que haga falta en busca de una yugular en la que poder hincar mis colmillos. Y me importa muy poco que esa barbaridad haya sido autopublicada, publicada con una editorial pequeña, o santificada por los Siete Gurús de la Iglesia De La Nueva Ortografía. Me la pela. Muchísimo. A ritmo de samba.
Eso no es un “fallito”, o un “dedazo”, o “un despiste”. Es una salvajada en toda regla, digna de un analfabeto funcional. Y si me estoy pasando, pues también me la pela. Que hay que tener muy poquito orgullo y muy poquito amor propio para firmar algo que contiene esa barbaridad. Si queréis escribir, adelante. Pero aprended a hacerlo, maldición. Que no se puede cortar un filete con una cuchara, ni escribir un texto poniendo las letras donde os parezcan más bonitas.
Así que ya sabéis: pasad de la ortografía, si os da la gana. Pero cuando os llame de todo en público y os mente la madre, no digáis que no os lo advertí.
[i] Por cierto: notad que he puesto “aspirantes a” porque alguien señaló por ahí que el término wannabe puede ser tomado como despectivo. Y nada más alejado de mi intención cuando lo utilicé en otras entradas. Cómo iba yo a ser despectiva con eso. En serio. No lo era. De verdad de la buena. Qué va, no pretendía ser despectiva…
…Con eso, al menos.
Yo no soporto las faltas ni en los estados del Facebook… Pero el teclado francés tiene limitaciones… Totalmente de acuerdo, justo el día en que me han hablado de una profesora de español que en un colegio francés dice que los numerales compuestos se escriben en una sola palabra. “Noventaynueve” tortas habría que darle.
ResponderEliminarEs que no hay un sitio más o menos tolerable para las faltas. Pero internet es un pozo de ojos destrozados :S
ResponderEliminarNoventaynueve... Ilegible, pero vale XD
Oye que yo no sé como te quejas y luego publicas en este blog, donde hay tantas faltas que parece que está escrito en otro idioma. Un ejemplo:
ResponderEliminar"Se tes opinións ou artigos que desexas ofrecer podes remitilos ao noso correo da asociación".
¿O es que es otro idioma? ejejejeje :P
Coñas aparte. Estupenda entrada y muy de acuerdo con todo, pese a ser muy burrito con eso.
Aún aprendo :)
Un beso. Nos leemos ;)
Ángel, tío, que tú también hablas en otro idioma y yo no me meto contigo, ¿eh? Bueno, eh, no mucho, al menos XD
ResponderEliminarBesotes
El andaluz no es un idioma. ¿O hablas del lenguaje del amor? (tómese la pregunta como si fuera echa después de una presentación como esta).
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=HzZ_urpj4As&feature=relmfu
ejejejejejeje :P
inserte la "h" donde corresponda ejejejeje :P
ResponderEliminarSi es que vais a acabar conmigo entre todos. Entre las moñeces, las faltas y demás chorradas, acabaréis conmigo, lo estoy viendo XDXD
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