Si estás entre los verdaderamente elegidos,
fíjate cómo lograste tu poder.
fíjate cómo lograste tu poder.
Por mucho que te alaben, por mucho que tus hazañas
en Italia y en Tesalia
proclamen las ciudades,
por muchos decretos honoríficos
que en Roma publiquen tus admiradores,
ni tu alegría ni tu triunfo durarán,
ni un hombre superior —¿por qué superior?— te sentirás
cuando Teódoto te traiga a Alejandría,
en una bandeja ensangrentada,
del mísero Pompeyo la cabeza.
en Italia y en Tesalia
proclamen las ciudades,
por muchos decretos honoríficos
que en Roma publiquen tus admiradores,
ni tu alegría ni tu triunfo durarán,
ni un hombre superior —¿por qué superior?— te sentirás
cuando Teódoto te traiga a Alejandría,
en una bandeja ensangrentada,
del mísero Pompeyo la cabeza.
Y no creas que en tu vida
acotada, regulada y prosaica
no ha de tener lugar semejante espectáculo horroroso.
Quizá en este mismo instante penetre
en la pulcra morada de un vecino tuyo
—invisible, incorpóreo— Teódoto
trayendo tan pavorosa cabeza.
acotada, regulada y prosaica
no ha de tener lugar semejante espectáculo horroroso.
Quizá en este mismo instante penetre
en la pulcra morada de un vecino tuyo
—invisible, incorpóreo— Teódoto
trayendo tan pavorosa cabeza.
Ningún comentario:
Publicar un comentario
Nota: só un membro deste blog pode publicar comentarios.