No como un rey, sino como un actor,
se vistió una clámide oscura en lugar de
la que correspondía a la tragedia y escapó
sin que nadie lo advirtiera.
Cuando los macedonios lo abandonaron
y mostraron así que a Pirro preferían,
el rey Demetrio (muy animoso él)
no se comportó desde luego
como un rey —así lo cuentan—. Corrió
a despojarse de sus vestidos de oro,
tiró sus sandalias de púrpura.
Aprisa se vistió de humildes sayas y se fue.
Hizo como un actor
que, cuando cae el telón,
cambia de traje y hace mutis.
se vistió una clámide oscura en lugar de
la que correspondía a la tragedia y escapó
sin que nadie lo advirtiera.
Cuando los macedonios lo abandonaron
y mostraron así que a Pirro preferían,
el rey Demetrio (muy animoso él)
no se comportó desde luego
como un rey —así lo cuentan—. Corrió
a despojarse de sus vestidos de oro,
tiró sus sandalias de púrpura.
Aprisa se vistió de humildes sayas y se fue.
Hizo como un actor
que, cuando cae el telón,
cambia de traje y hace mutis.
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